Establecida la fecha en 1945 por decreto del presidente Edelmiro Farrell, cada 11 de septiembre celebramos el día de las y los maestros recordando el fallecimiento de Domingo Faustino Sarmiento, quien fuera gobernador de San Juan, senador, presidente de la nación, director de escuelas y periodista. Considerado como el gran promotor de la primera Ley Nº 1420 de educación universal, obligatoria, gratuita y laica que fue sancionada bajo el gobierno de Roca el 8 de julio de 1884.
Durante su mandato como presidente trajo educadores estadounidenses y europeos, construyó escuelas y bibliotecas en todo el país; duplicó la matrícula de estudiantes; se fundaron unas 800 escuelas de primeras letras, alcanzando a un total de 1816 escuelas, de las cuales el 27% eran privadas; la población escolar se elevó de 30.000 a 110.000 alumnos. Durante este período también inauguró la Escuela Normal de Paraná, paradigma del normalismo, promoviendo el acceso de las mujeres al mundo del trabajo y al espacio público, sacando del espacio de confinamiento doméstico al que estaban reservadas, aunque en algún sentido dando continuidad a las tareas de cuidado.
Las escuelas, los trenes y el telégrafo son elementos modernos fuertemente impulsados por Sarmiento. Es considerado el fundador de una doctrina de pensamiento nacional que refleja el ideario de la época, muy ligada a un pensar y sentir nacional que hasta el día de hoy se replica en muchas instituciones: un proyecto de integración social que implicaban un idioma común, leer, escribir, contar; una historia común, borrando cualquier otra marca cultural; una apropiación del territorio a través de la geografía; una moral cívica que dejara atrás la moral religiosa del pasado colonial.
“No podemos pensar a la escuela moderna si no lo pensamos en el marco de la construcción del Estado Moderno. En ese sentido, Sarmiento ha dejado mucha letra escrita, mucha obra hecha y muchas discusiones dadas como para pensar cómo iba a ser esa educación”.
“Sin embargo, el discurso Sarmiento y su legado tienen luces y sombras, ya que se trató de un personaje muy polémico de nuestra historia. Podemos encontrarlo ensalzado, replicado en las figuritas de Billiken, con sus recuadros dorados y sus banderas celestes y blancas. O también, fuertemente atacado”.
Sarmiento tenía ideas muy progresistas para su tiempo, y otras diametralmente opuestas. La educación debía ser para todos y todas, igualaba de forma completa a mujeres y hombres, algo polémico para la época. Pero a la vez, dejaba fuera a los indígenas, a quienes no consideraba siquiera dignos de ser educados.
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Las maestras y los maestros a lo largo de la historia hemos sido impulsores de grandes revoluciones como sujetos trabajadores, empoderados, críticos y difusores de la cultura, facilitando la circulación de sentidos, consolidando las luchas a través de la unidad, la solidaridad y la vocación.
Hoy resaltamos la labor de todas y todos los maestros del país que, en este contexto extraordinario, hemos sido capaces de reinventarnos una vez más y resignificar la tarea docente; buscando nuevos caminos y nuevas estrategias para seguir educando, poniendo el hombro en un contexto adverso, brindando contención y afecto a pesar de las distancias.
Las y los docentes conocemos el sacrificio y la alegría que significa estar frente a nuestros estudiantes para acompañarlos en el camino del aprendizaje. Desde el SADOP renovamos nuestro compromiso con vocación y convicción por garantizar salud, trabajo y educación para todas y todos; por mayores conquistas; por condiciones dignas y justicia social.