La igualdad de género en el sistema educativo.El papel de la escuela en la prevención de la Violencia de Género.
En el marco de la convocatoria nacional por Ni una Menos, que este 19 de octubre se expresará en una nueva jornada de lucha en todo el país bajo la consigna “Vivas nos queremos” SADOP Seccional Entre Ríos apoya el reclamo contra de la violencia de género.
Los docentes Privados decimos “vivas nos queremos”.
Convocamos para este día a una jornada de sensibilización y concientización en las escuelas considerando desde SADOP que la escuela es, sin duda, el espacio ideal para construir una sociedad más justa y equitativa, en la que no exista la errónea idea de que hay un sexo o un género por encima del otro.
La violencia de género es cualquier acto que perjudique física, psicológica o sexualmente a una persona, siempre que se produzca por cuestiones de género. La escuela es el escenario de interacción de vivencias culturales y estereotípicas de las sociedades, se hace necesario que en ella se derribe cualquier visión machista o feminista; garantizando con ello la paz y la igualdad entre los géneros.
La creciente conciencia acerca del rol que juega el sistema educativo en la transmisión de la desigualdad de género fue despertada por los cambios sociales y políticos que tuvieron lugar en nuestro país, en los que las luchas de las mujeres alcanzaron gran protagonismo, como por ejemplo, en el caso de las Madres de Plaza de Mayo. También tuvieron lugar cambios legislativos e institucionales, como las políticas de cuotas en materia de participación política, que fueron abriendo caminos de visibilización de los problemas de las mujeres.
La violencia de género es, sin duda, un tema que genera en nosotros todo tipo de reacciones, que van desde la típica repulsión hasta la condenación absoluta de toda práctica violenta contra y hacia las mujeres, como contra cualquier otro ser humano. Para muchos, el incremento de la violencia, en todos los órdenes, y especialmente hacia las mujeres; tiene las más diversas causas o motivadores: el machismo, los medios de comunicación, la política, la cultura y sus estereotipos, entre muchos otros; pero sea cual sea la causa, nos centraremos, más bien, en buscar las soluciones a esta tan aberrante práctica que ha estado presente en nuestras sociedades desde tiempos inmemorables.
Para definir la violencia de género, Gil y Ayter (2007:13) plantean que: “la violencia de género puede ser entendida como un tipo de violencia que no sólo hace referencia al ámbito material, es decir, a las agresiones físicas y a la falta de recursos económicos, sino también, al ámbito simbólico, es decir, a nuestras emociones, nuestros deseos y nuestras carencias a la hora de establecer relaciones afectivas con las personas derivadas de la forma como se entiendan y se construyen la masculinidad y feminidad en nuestra época.”
Entonces, ¿qué debe hacer la escuela de hoy para prevenir la violencia de género? Lo primero es que la violencia de género debe ser motivo de preocupación para todos, en cualquier ambiente, y si se produce en el ámbito escolar, deber ser aún más preocupante, por el papel formador y transformador de la escuela para las generaciones. Más que atacar el mal, la clave está en la prevención. Es decir, no es sólo buscar soluciones al problema como tal, sino ir en búsqueda de medidas que eviten o impidan que la situación se produzca. Es por tanto que prevenir tiene una importancia neurálgica en la construcción de espacios de participación social de hombres y mujeres iguales en su condición de sujetos de derechos.
La escuela debe garantizar tanto a hombres como a mujeres, la igualdad, así como el respeto de la libertad individual y de su identidad, así no se ajusten a cánones estereotipados socialmente como femeninos o masculinos. Éste es el escenario donde se crea y se fortalece la identidad social, de ahí su importancia en la prevención de la violencia de género.
Es la escuela la que debe garantizar el desarrollo de valores que permitan que los sujetos ejerzan sus derechos individuales y permitan a otros ejercer los suyos en armonía e igualdad de condiciones.Los docentes cumplimos un rol de una importancia extraordinaria para la difusión de los programas encaminados a la prevención de la violencia de género en la escuela.
Las dinámicas de violencia de género que se dan en la escuela y fuera de ella, tienen las más variadas manifestaciones, que van desde el lenguaje sexista hasta la violencia física, es ese sentido, tenemos manifestaciones del tipo: violencia de género en la lengua, violencia de género en el acceso a la información, violencia de género a nivel físico y violencia de género en “no hacer nada”.
En ese sentido, Gairín-Sallán (2007:44), nos anima con lo siguiente: “Lograr de manera efectiva una escuela para todos y todas no deja de ser una utopía a la que no podemos ni queremos renunciar. En esa línea, conseguirla no es fácil y el lograrla supone poner en marcha medidas muy diversas que puedan suponer actuaciones globales o específicas que de una manera más o menos sistemática se aplican o se pueden aplicar”.
Dando continuidad al ánimo de este planteamiento, la escuela para lograr el cambio, tiene, necesariamente, que revisarse; comenzando desde su proyecto institucional, hasta llegar a implementar políticas institucionales que coadyuven con uno de los principios esenciales que sustentan los Derechos Humanos: la igualdad.
Desde SADOP nos sumamos al #NiUnaMenos y repudiamos todo tipo de violencia machista. Los docentes Privados estaremos diciendo: “Ni una menos, vivas nos queremos”.